Source: Yahoo Finanzas
De favorito del mercado a víctima del mercado
Evergrande dejó de cotizar oficialmente en bolsa el 25 de agosto, tras una liquidación ordenada por un tribunal a principios de año. La promotora, que llegó a estar valorada en 51.000 millones de dólares, había visto cómo su valor se reducía a sólo 282 millones cuando se suspendió su cotización en enero. Las acciones, que llegaron a cotizar por encima de los 31 dólares hongkoneses, cambiaron de manos a tan solo 0,163 dólares hongkoneses en sus últimas transacciones.
La trayectoria de la empresa comenzó con una celebrada salida a bolsa en 2009, la mayor de la historia para un promotor privado chino en Hong Kong. Durante la década siguiente, Evergrande se convirtió en un símbolo de la rápida urbanización del país y de la creciente demanda inmobiliaria, para más tarde convertirse en un cuento con moraleja sobre el endeudamiento agresivo y las extralimitaciones financieras en un sector que había crecido demasiado rápido y con demasiada fragilidad.
Un sector bajo presión
La caída de Evergrande forma parte de una crisis inmobiliaria más amplia que comenzó en 2021, cuando se agotó la liquidez y se debilitó la confianza de los compradores. Desde entonces, muchos promotores han luchado por reestructurar sus deudas, mientras que algunos, como China South City, también se han enfrentado a órdenes de liquidación. Los analistas advierten de que es poco probable que Evergrande sea la última víctima, ya que las restricciones de liquidez y la debilidad de la demanda siguen pesando mucho sobre el sector.
Las autoridades chinas han introducido varias medidas para reactivar el sector, desde suavizar las restricciones a la compra de viviendas hasta señalar más estímulos. El día en que Evergrande dejó de cotizar en bolsa, los valores inmobiliarios de Hong Kong y China continental subieron por la esperanza de que se adoptaran medidas. Sin embargo, muchos analistas mantienen la cautela, señalando que el sector inmobiliario está profundamente vinculado a la riqueza de los hogares y a la confianza de los consumidores, dos factores que se han visto perjudicados por años de volatilidad.
Fortunas personales y batallas legales
El meteórico ascenso de Evergrande tuvo su reflejo en el de su fundador, Hui Ka Yan, que desde sus orígenes rurales se convirtió en uno de los hombres más ricos de China. En la cúspide del éxito de Evergrande, Hui era celebrado junto a los mayores magnates de Hong Kong. Pero el año pasado, los reguladores le prohibieron cotizar en el mercado de valores de por vida y le impusieron una multa por presuntos delitos de inflado de resultados y fraude bursátil.
Hoy, el paradero de Hui sigue sin estar claro tras su detención en 2023. Los liquidadores están llevando a cabo procesos judiciales para congelar activos en el extranjero y recuperar miles de millones de dólares en dividendos y pagos a ejecutivos. Los abogados prevén que el proceso de liquidación dure una década y que las tasas de recuperación de los acreedores sean muy bajas. El coste humano también es visible, ya que los compradores de viviendas y los inversores que confiaron en Evergrande siguen esperando en vano sus casas o sus reembolsos.
Un punto de inflexión para el modelo de crecimiento de China
Para muchos, la exclusión de cotización de Evergrande es más que el colapso de una sola empresa; marca un punto de inflexión para el modelo de crecimiento de China impulsado por la propiedad. La exclusión de bolsa simboliza el resultado de la dramática caída de Evergrande y señala el fin de una era.
De cara al futuro, el reto de China será estabilizar el mercado inmobiliario sin reavivar los mismos riesgos alimentados por la deuda. Reconstruir la confianza entre los compradores de viviendas, reequilibrar las finanzas de los gobiernos locales y garantizar que la futura urbanización sea sostenible son ahora tareas críticas.
La saga de Evergrande sirve tanto de advertencia como de oportunidad, una advertencia de lo que el apalancamiento descontrolado puede hacer, y una oportunidad para construir una senda más estable y resistente para una de las mayores economías del mundo.
La saga de Evergrande sirve tanto de advertencia como de oportunidad, una advertencia de lo que el apalancamiento descontrolado puede hacer, y una oportunidad para construir una senda más estable y resistente para una de las mayores economías del mundo.